Apego Seguro e intervención
Psicosocial

Aquí, en este espacio que acabo de presentarte, me dedico al acompañamiento psicoterapéutico a mujeres adultas (a partir de los 21 años en adelante).

La terapia se puede definir de muchas formas, yo me voy a centrar en lo que más me importa y en lo que sé por experiencia y vivencia que tiene todo el poder de curar y esto es ni más, ni menos que el vínculo.
Así que para mí Terapia es vínculo, con un apellido: seguro. Y ahora viene lo jugoso…

Vínculo terapéutico, es la relación que se establece entre la profesional y la consultante y donde se dan las condiciones necesarias para ayudar a curar las heridas emocionales y psíquicas que llevamos
en nuestros cuerpitos.

Y en la base del vínculo terapéutico está el apego seguro. Está es la parte de la que se encarga la profesional, garantizar la construcción y el entrenamiento de una relación de confianza. Una relación basada en la escucha, la validación y el apoyo incondicional de la profesional hacia la consultante, combinado con la puesta de límites y la comunicación transparente y afectiva. Porque si algo es profundamente revolucionario y transformador es el afecto y el amor con límites.

Te cuento algunos beneficios de una relación segura en la diada consultante-terapeuta

  • Apertura y exploración. La consultante se siente segura para ahondar en su historia de vida y va abriendo poco a poco el corazón.
  • Cuidado y mejora de la autoestima, al ser un espacio de validación emocional, la consultante siente que lo suyo es importante y digno de respeto y amor.
  • Salir de relaciones violentas, el modelaje de la terapia es un excelente recurso para desnaturalizar la manipulación, humillación, dejadez etc., de muchas de las relaciones que las personas tenemos en nuestro cotidiano. En terapia y gracias al vínculo seguro podemos dejar de minimizar y justificar el daño, y a su vez sirve para identificar donde nos hirieron y donde nosotras también podemos estar hiriendo a otras personas. Vendría a ser algo así como lo que se daño en relación se repara en relación (Dr. Gabor).
  • Mejora en las relaciones en general, el vínculo seguro es garantía de reparación. La seguridad en el vínculo esta directamente relacionada con el buentrato, lo que impulsa el desarrollo de ese yo interior bientratante, la ternura y amabilidad con una misma (y las demás), que tanto necesitamos para sanar.

En la Mirada Violeta podrás encontrar seguridad, sostén, apoyo, validación, escucha, credibilidad, un espacio donde lo mas importante es el vínculo entre la paciente y la psicóloga, como herramienta para sanar.

La intervención psicosocial, es clave en mi trabajo, el motor de lo que hago. (Este apartado esta basado y extraido de la Charla que dió Gabriela López Neyra en el cruso de MVR para profesionales del ámbito psicosocial, en su quinta edición, ella es Psicóloga y Coordinadora en el centrosira.org, Centro de Atención a Víctimas de Malos Tratos y Tortura. Gracias Gabriela por arrojar tanta luz)

Para que te hagas una idea mas precisa, te cuento los principios esenciales de esta intervención

La consultante es el centro de la intervención y la experta en su propia vida. Mi trabajo es acompañarte a descubrir todas las herramientas con las que ya cuentas, respetando tu historia de vida, tus raices, tu entorno, tus necesidades reales, tus conocimientos, tus saberes, como vives en el presente, conociendo aquellos factores de riesgo y protección que ya traes puestos, para minimizar los primeros y potenciar los segundos. Me gusta mucho usar la métafora de la terapeuta como el termostato, mi labor es ir ajustándome a lo que cada mujer trae, por eso esta profesión es tan delicada y exigente.

La protagonista del proceso terapeútico eres tú

Principio de horizontalidad. Es necesario reconocer que en la diada consultante-terapeuta se puede dar una relación de poder que nos aleje de nuestro cometido, el de acoger y acompañar. Cuando intervenimos desde un enfoque psicosocial es nuestro compromiso como profesionales revisarnos esto, trabajarlo mucho, para que no se dé o sí se da podamos revertirlo. Atendiendo a mis años de experiencia, lo que funciona para trabajarse esta horizontalidad es el respeto profundo hacia ti, tu vida, tus anhenlos, tus heridas y por supuesto el reconocimiento de tus estrategias de afrontamiento, que son muchas y que te han permitido llegar hasta aquí. La horizontalidad en la terapia vendría a ser algo así como que las dos contamos con una amplia mochila de saberes y entre los tuyos y los míos, vamos juntas construyendo el acompañamiento que tu necesitas, un acompañamiento único, que atiende a las particularidades de quién eres tú y quién quieres ser.

No hay recetas, ni soluciones cerradas, juntas vamos construyendo un mapeo orientado a sanarte, a curarte, a vivir la vida desde ti.

Las redes de apoyo y las relaciones con el contexto. Aunque mi trabajo es de tú a tú, en terapia individual, desde el enfoque de lo social, me centro en trabajar junto a ti, el que puedas mantener, cuidar, establecer redes de apoyo lo más seguras posibles. Porque para repararte y cuidarte la conexión social es crucial y porque en esta conexión puedes encontrar muchísimo alivio, al observar y compartir vivencias comunes, porque como repito tantas veces, no, no estamos defectuosas, vivimos en sociedades que nos enferman, a través de la violencia, la desconexión, el consumo desorbitado, el vivir alejadas las unas de las otras.

La conexión social es lo que nos permite curarnos

A fuego lento, lentitud, calma, despacito. Sin presión, sin precipitar, sin pretender ir mas rápido de lo que el cuerpito y la vida de cada una lleva “palante”. Así es como articulo mi trabajo, los ingredientes para ello son la escucha activa, el afecto, la atención, priorizar el silencio a la palabra. Cada vez me gusta mas definir mi trabajo como un guiso que se cocina a fuego lento y se le va añadiendo el aguita necesaria o los condimentos que puedan ponerlo mas gustoso. También como si de una gestación y un parto se tratara, me gusta mucho emplear la expresión de que en el trabajo terapéutico apredemos a parirnos a nosotras mismas, no una, si no varias veces.

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